El Interior - 1944 Es un deber de ciudadano ocuparse de los problemas del Territorio.

Ficha

Título: El Interior - 1944 Es un deber de ciudadano ocuparse de los problemas del Territorio.
Descripción: La prensa, en primer lugar, debe encarar con franqueza y patriotismo, los complejos que derivan de la mala distribución de la tierra pública. Terminó para siempre el divorcio entre gobierno y trabajador.
Hace varios días que el Vicepresidente de la Nación, al pronunciar uno de sus habituales discursos, dijo: «Quiero que desaparezca de nuestro país la explotación del hombre por el hombre, y que cuando ese problema desaparezca, igualaremos un poco las clases sociales para que no haya en el país hombres demasiado pobres ni hombres demasiado ricos. Ya han terminado para siempre los oscuros y tristes
días en que para no hacer la justicia social se enfrentaba a los trabajadores con el ejército. Hoy el ejército es una rama de esa misma fuerza. Hoy el ejército y el trabajo son fuerzas de una sola rama; una, los trabajadores que elaboran la riqueza, y la otra,
nosotros, los soldados, que la custodiamos».
Conceptos y principios que tras de haberse convertido en realidad,
en diversas zonas del país, aún los habitantes de los territorios nacionales esperamos que se concreten en hechos tangibles para
el bienestar y progreso colectivo. Partiendo de la base, de que no es posible que en nuestro país haya hombres demasiado ricos y
hombres demasiado pobres, diremos que recién se inicia una reivindicación de derechos humanitarios, La Patagonia, por desacia, siempre ha resultado la «cenicienta» del cuento, pero al revés del mismo, todavía, sus habitantes, con la paciencia de Job, esperan aquel príncipe, que nunca llega... Equivale decir, que este trascendental derecho, estuvo y está lejos de llegar a ser verdad, y el pretender que así fuera interpretada la igualdad, resultaba una apariencia quimérica, una equiparación abstracta a con secuencia de la absurda y antipatriótica administración del régimen depuesto; de un régimen retrógrado, caduco, bochornoso; manejado por mercachifles reblandecidos que estaban encumbrados en el escenario de los. poderes centrales, no por voluntad expresa de un pueblo libre y cociente, sino por esa «voluntad y conciencia» prostituida que obtiene el mejor postor, para más tarde resarcirse favoreciendo a intereses foráneos, contrariando, con ese vil mercantilismo, los. supremos y sagrados derechos ciudadanos y de la Nación.
Es posible que experimente un gran aumento en la post guerra la exportación de la lana de nuestro país.
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Autoría: El Interior
Fecha: 29 agosto 1944
Editor: El Interior
Fuente: Violeta Martínez. Archivo Histórico Palmiro Pedemonte

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